Últimas dudas antes de la Interveción Final

Una vez realizado el primer ensayo de intervención y luego de oír los comentarios al respecto de Florinda y Yanina empezamos a discutir.

Surgieron dos grandes posibilidades: perfeccionar la idea que hasta ese entonces habíamos estado planeando o cambiarla radicalmente.

La propuesta nueva (en estricta relación con algunos de los argumentos esgrimidos por nosotros en este texto) era, básicamente, así:

Base argumental: El "instante" fotográfico en que se dispara el obturador (en el caso, claro, de la "foto flogger") se modifica ante la presencia de la cámara. Los floggers rápidamente se retocan el pelo y toman una pose específica para la foto, más o menos prediseñada.

Concreción: La idea era realizar una especie de estatua viviente a la inversa. Poner a uno o dos floggers en una especie de escenario a charlar entre ellos comunmente y colocarles una cámara (real o de utilería) delante, y mediante algún cartel invitar a la gente a "tomarles una foto" (en lugar de tirarles monedas) y que, ante ese hecho, ellos (o ellas) rápidamente se peinen un poquito y tomen pose de foto, quedándose como estatuas varios segundos (con manitos en la cintura o en el pelo, piquito hacia cámara, dedo índice levantado, etc.). Pensábamos poner algún cartel con texto a modo de anclaje ayudándo a reforzar eso que buscábamos evidenciar.

Consultamos otra vez con Yanina y Florinda y decidimos no virar hacia estos nuevos rumbos.

Nos mantuvimos con la idea original del cambio de necesidades que acarrea el ser flogger, pero trabajando también sobre la puesta en escena (poniendo así mayor énfasis en la comparación que habíamos decidido establecer con el mendigo-linyera callejero).

Creamos un pequeño "escenario" para tal fin en pleno Cabildo y Congreso (una zona no particularmente flogger, a diferencia de la anterior locación: el Shopping Abasto), con cartones, basura y algo de colorinche flogger.

Y esta vez (para no depender tanto de la buena voluntad y las capacidades actorales de nuestras anteriores ayudantes, Kis y Cat) decidimos actuar nosotros mismos de floggers, pudiendo así dominar mejor todas las variables relativas al tono de voz, el uso de determinadas palabras o conceptos, actitudes corporales, etc.